hoy camino a casa, un cigarrillo se consumía entre mis dedos ...
lo veía empequeñecer con cada centella
y antes de cruzar el último semáforo, finalmente se apagó
hoy, una vida se escurrió entre mis dedos ...
muchas manos se asieron a ella
y antes de cerrar la tarde, finalmente se marchó
y es que días como hoy serán inevitables a lo largo de mi vida,
es cuando se hace visible la cruz que llevo a la altura del corazón
ya he sentido su peso dos veces y francamente no es nada ligera
ayudar personas diariamente sin contratiempos
lo veía empequeñecer con cada centella
y antes de cruzar el último semáforo, finalmente se apagó
hoy, una vida se escurrió entre mis dedos ...
muchas manos se asieron a ella
y antes de cerrar la tarde, finalmente se marchó
y es que días como hoy serán inevitables a lo largo de mi vida,
es cuando se hace visible la cruz que llevo a la altura del corazón
ya he sentido su peso dos veces y francamente no es nada ligera
ayudar personas diariamente sin contratiempos
hace que todo marche sobre ruedas
la velocidad cambia de modo intermitente
y hay días, como hoy, que todo se paraliza ...
pero mañana la marcha debe continuar
la velocidad cambia de modo intermitente
y hay días, como hoy, que todo se paraliza ...
pero mañana la marcha debe continuar
Que fuerte tu entrada, me has dejado un poco para allá. Me gusta tu fuerza, me ha encantado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminaren definitiva, uno suele quedarse pasmada ante hechos así, invadida de emociones, es la cara fea que tiene la carrera.
ResponderEliminarotro abrazo para ti