4.4.19

Diario de una depresión: sin salida



Ha vuelto, me atrapa con su malla invisible, reconozco el constante martilleo en mi pecho, el monstruo que estruja mis ojos ha vuelto y no puedo parar de llorar. 
Lloro como una madre desconsolada que acaba de perder un hijo, lloro como alguien que ve ahogarse a un niño y no  puede salvarlo. 
Lloro porque duele a pérdida y, sin embargo mi pérdida no es real, o quizá si, quizá sea real y me estoy perdiendo yo misma, duele porque me abandona la esperanza, ahora mismo deseo que esta vida se aligere alguna vez y es que tanto me duelen las cosas simples, es increíble! 
Apenas  he podido arrastrarme de la cama en busca de un teclado  y así mis dedos temblorosos intenten alguna salida porque mi voz se ha opacado, mis ojos se han nublados y mis pensamientos están enmarañados.
Tengo miedo de mí y mi cabeza, un globo a punto de estallar por una lucha donde las estrategias se vuelven inútiles 
- 'calma, respira, aquí y ahora …. bla bla ... uno, dos, tres ...´ 
me repito tantas frases aprendidas y nada resulta
- 'ya pasa, solo es un momento, respira, haz superado esto antes´
y nada funciona  maldita sea.
Mis dedos empiezan a endurecerse más y más, se llenan de picotones, un enjambre de abejas va creciendo d e s d e  mmmiiiiss     d eeeddddoossdessobeddddddddddddddddiiiiiiientessssssssssssss 








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